miércoles, 30 de agosto de 2017

La castración: No querer renunciar a la completud


                 Atravesar la castración pasa porque el sujeto renuncie o más bien le hagan renunciar a través del nombre del padre, al mundo infantil "ideal", ideal porque satisface todas las necesidades, pero infantiles, pero el adulto, que aprende a estar en falta, sabe que no todo será colmado, que no todo es ideal, que los mundos Walt Disney no existen y que Peter Pan vendría a ser un perverso en el mundo real.

          En una época como la de ahora donde el vacío existencial se hace presente y se rellena con lo que no es, nos damos cuenta de que de que el problema parece ser el intentar llenarse como niños de cosas que no existen, es decir, tratarse de satisfacer con lo que colmaría a un niño pero siendo adulto. Más concreto, intentar llenar agujeros que no se llenan con cosas que no sirven para llenar y que caen en saco roto, como si le pidiésemos al mundo un color que no existe. Por eso el goce, que es un imposible, se mueve hacia la pulsión de muerte, porque al no llenar no tiene fin y el deseo infantil mata las posibilidades del adulto que uno puede ser. 

          De esta manera uno sigue intentando completarse en vez de asumir - Y ese es el verdadero paso a la adultez - que no se puede ser completo; por eso las adicciones, por eso una jugada más en el casino, por eso un poco más de droga, comprarme algo más, por eso pedir como un niño/a lo que uno no puede darse como hombre/mujer. Por eso reclamar al otro como si se mantuviese la ilusión de que Walt Disney existe. 

          Siempre se sufre al atravesar esto de la castración, pero es en la infancia donde este pasaje se puede hacer de forma más o menos traumática, o sea que la forma de como se le ensene al infante la realidad va a condicionarle como la perciba. Por ejemplo un padre que rehusa la castración posiblemente le hará mirar al niño al mundo como hostil. El miedo del padre se colará en el hijo de forma inconsciente. 

          De esta forma uno se encuentra después con adultos vacíos que no son capaces de entusiasmarse con el mundo, que ven todo gris, no saben que hacer en la vida porque nada les interesa, nada les llena (como ellos dicen). El problema es que nada del mundo de los hombres les va a llenar como eran llenados de niños, Así es lógico que estén a disgusto con todo, no pudiendo aprovechar las posibilidades que les da el mundo para ser felices por avanzar mirando hacia atrás en una posición melancólica sin poder ver los colores de la vida por estar buscando un color que no existe.


Luís Martínez de Prado.
Psicólogo / Psicoanalista / Formador.

Consulta: (34) 686 77 41 39 / psicodinamika@gmail.com / Skype: psicodinamika

www.psicodinamika.blogspot.com 

Quiero empezar mi psicoanálisis: www.psicodinamika1.blogspot.com

Foto: La pareja de baile: J.T. y Robert

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